El segundo gobierno de Yrigoyen y el golpe del 6 de setiembre de 1930.
Así como la corrección electoral y la neutralidad internacional fue el tema del radicalismo en la primera presidencia, la “batalla del petróleo” lo sería en la segunda. Si en 1916 había ganado por 370.000 votos contra 340.000, en 1928 lo había hecho por 800.000 contra 400.000. Claras diferencias. El pueblo estaba con él.
“Estamos en la alternativa de elegir entre el monopolio de la Estándar o la Anglo-Persian y el monopolio del Estado, que es monopolio del pueblo argentino, ya que quien monopoliza es el Estado republicano democrático que nosotros estamos realizando en la hora presente”. Diego Luis Molinari.
“Por razones de soberanía que podrían correr riesgo en el futuro, debemos tener la serenidad y la firmeza de alejar este peligro (el intervencionismo extranjero), respetando a los extranjeros el derecho que las leyes les acuerden, pero trazando una raya a los errores o a las imprevisiones del pasado” Jorge Raúl Rodríguez.
“El dólar imperialista se viene con su ley: la del más fuerte; sus ingenieros y sus cateadores ocultan siempre la tropa de desembarco”. Raúl Oyhanarte.
El bloque conservador, los radicales antipersonalistas y la mayoría del bloque socialista, defendieron las empresas privadas y el capital extranjero. El proyecto de nacionalización quedó encarpetado en el Congreso y nunca más se volvió a tocar. Incluso un acuerdo con la Yuyamtorg (petrolera de la Unión Soviética ) para importar petróleo más barato que a EEUU y a Inglaterra, a cambio de toros de raza y de taninos, quedó en el escritorio de Yrigoyen el día que fue derrocado, para que siguiéramos comerciando con nuestros antiguos “amos” británicos.
“No creo incurrir en parcialidad si digo que correspondió a nuestro pequeño grupo el honor de haber despertado la conciencia del país haciendo perceptible a las masas, por una campaña de energía sin igual, el ultraje que representaba para la nación continuar con ese abominable desgobierno en ese desquicio administrativo absoluto, en la abyección de un régimen de caudillismo inferior e inculto…” Federico Pinedo
Desde enero de 1930 los Grales. José Félix Uriburu y Agustín P. Justo se reunían para preparar el golpe. No estaban de acuerdo en los fines de la revolución. Uriburu considera que el ejército debe sacarlo a Yrigoyen reemplazándolo por un gobierno o directorio militar hasta que se resolviese la forma definitiva. Justo opinaba que debía coordinarse la acción con los partidos opositores, para luego de derrocarlo llamar a elecciones. Uriburu no cree en los partidos políticos ni en el sistema constitucional.
Los radicales también van a apoyar el golpe pensando que el caudillo está viejo. Y además aspiraban a que al renunciar el Presidente, iba a quedar el Vicepresidente, por lo que el radicalismo iba a seguir en el poder. Se equivocaron, comenzando por el mismo Vice (Elpidio Martínez) quien al encontrarse frente a Uriburu y ver que éste le exigía la renuncia expresó: ¡Me han traicionado!