[Perón y los Grupos guerrilleros 1971]
“Todos esos grupos, ERP, FAL, FAR, subestimaron ideológicamente a Perón, aunque intentaron sacar rédito político e ideológico del peronismo. FAP y Monteneros fueron los más afines al peronismo. El primero, de procedencia peronista, el segundo de procedencia social cristiana y nacionalista, girando al peronismo: en el primero prevaleció el enfoque político, en el segundo su marcado tono revolucionario; en ambos, cuando efectúan alguna descripción teórica policía, se advierte la aplicación en el análisis, de algunas categorías marxistas que mezclan con sus exhortaciones peronistas”.
[Perón les escribió a las FAP:] “Ustedes son la guerrilla que viene a combatir a los que nos quieren vender la muerte climatizada con el rótulo de porvenir, decía un famoso letrero en París en mayo de 1968. Yo puedo decirles lo mismo, con la exhortación más firme para que sigan adelante…Un gran abrazo”.
“Pero esos grupos como FAP, Montoneros y otros fueron ingenuos ante estos gestos de Perón: a menudo esta ingenuidad estaba acompañada de graves errores de interpretación sobre la historia argentina. Afirmaban que Perón era un revolucionario, u socialista nacional y que todo lo que se orientaba hacia otra dirección, formaba parte de sus tácticas. Víctimas de su obsesión, se olvidaban de que la historia personal de Perón estaba signada por soluciones electorales, por la conciliación de clases en pos de una comunidad organizada y por su firme oposición al socialismo y al comunismo. Otros no tan ingenuos, usaban el nombre de Perón y Evita en función de esquemas ideológicos que estaban en las antípodas de la óptica peronista.
Casualmente, alguien que conocía el poderío que estaban desplegando estas organizaciones, transmitió su preocupación a Perón: - General, ¿va a poder controlar a esos jóvenes en el momento oportuno?, recibiendo esta respuesta: -No se preocupe Jorge…Ya verá…cuando esté en la Argentina , verá que les digo cuatro palabras y obedecen” [Entrevista a Jorge Antonio]
¿Subestimaba Perón a los grupos armados? ¿Los apoyaba sinceramente en sus designios ideológicos? O sabiendo que no los controlaba ¿aprovechaba el vendabal para arrinconar a la dictadura militar? Es probable que la respuesta esté contenida en estas expresiones de Perón publicadas en la Revista Panorama del 29-6-1971: “La vía de la lucha armada es imprescindible. Cada vez que los muchachos dan un golpe, patean para nuestro lado la mesa de negociaciones y fortalecen la posición de los que buscan una salida electoral limpia y clara. Sin los guerrilleros del Viet-cong, atacando sin descanso en la selva, la delegación vietnamita en París tendría que hacer las valijas y volverse a casa”. Está claro que entre un golpe militar, una insurrección revolucionaria y los comicios, Perón siempre elegirá la vía electoral y utilizará todos los procedimientos para llegar a ella.
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