¿Por qué entre 1950 y 1973 se desarrolló la época de oro del desarrollo económico?[1]
Es importante aclarar que la época de oro va a darse especialmente en los Estados Unidos, Europa y Japón. En América Latina, si bien el efecto positivo se hace sentir, no se va a ser duradero, ya que la política económica monetarista y de endeudamiento que los gobiernos militares de América del sur van a aplicar, producirá, como sabemos, consecuencias lamentables. Endeudamiento, malas políticas fiscales e inflación, contribuyeron al deterioro de la región y a que no se pudiera aprovechar el “viento de cola” que otorgaba la situación mundial.
Entre los factores que contribuyen al desarrollo se encuentra el regreso a la economía de paz en Estados Unidos, que estimuló la recuperación de las viejas industrias de bienes de consumo. A esto se agregó el despegue de las industrias electrónicas, en especial la denominada línea blanca, como radios, televisores, heladeras y lavarropas.
El otro salto importante fue el de la industria automotriz y de todos los sectores complementarios, como son la siderúrgica, el caucho, el vidrio y el petróleo. La petroquímica también se expandió de manera rápida gracias al gran éxito de los plásticos y de las telas sintéticas.
Debemos destacar la tremenda vitalidad del sector de la construcción, que trae como arrastre el tendido de cables para energía eléctrica y para teléfonos. Se produjo una extraordinaria expansión de las carreteras, que además de proporcionar una enorme cantidad de empleos, trae un notable crecimiento del consumo de cemento y asfaltos.
La industria bélica se mantuvo en pie, apoyado en programas de investigación científica y de ingeniería avanzada, con la colaboración de centenares de universidades.
Finalmente no podemos olvidar que otro gran denominador común de los Estados que vivieron esta edad de oro, fue que aplicaron políticas económicas de neto corte keynesiano. El Estado hizo grandes inversiones para asegurar el grado de crecimiento y el pleno empleo. Reformaron su política tributaria, aumentando hasta en 10 puntos el impuesto sobre la renta. El Estado impulsó políticas sociales (Estado de bienestar) e intervino activamente en el Mercado (Capitalismo coordinado), controlando el movimiento de capitales, buscando el pleno empleo y regulando el comercio exterior. En esta etapa, el Banco Central operó de común acuerdo con el Ministerio de Hacienda, buscando tasas de interés estables y bajas, que estimularan la inversión pública. Controlado el sistema financiero, el Estado se dedicó a realizar políticas de inversión pública en la industria, con bajas tasas de interés en los préstamos y con préstamos hipotecarios a largo plazo y tasas bajas, para la construcción de viviendas y como condición necesaria de un pacto social.
El estancamiento económico se iniciaría en octubre de 1973, cuando los Estados Árabes, miembros de la OPEP (Organización de países exportadores de Petróleo), comenzaran a presionar a EEUU para que sus países tuvieran una mayor participación en el negocio petrolero, y decidieran duplicar los valores del precio del barril. Pero eso es otro tema.
[1] Marichal Carlos, Nueva historia de las grandes crisis financieras. Una perspectiva global, 1873-2008; Ed. Debate, Buenos Aires, 2010, pág. 155-179
Bienvenido al ciberespacio, compañero. Siempre es motivo de alegría la aparición de una nueva trinchera de la nación.
ResponderEliminarDecía el Gral Perón que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla.