viernes, 25 de marzo de 2011

Mario Rapoport y el 24 de marzo de 1976

A partir del golpe de Estado del 24 de marzo 1976 se produjeron profundos cambios en la estructura económica argentina, que terminaron por conformar un nuevo modelo económico basado en la acumulación rentística y financiera, la apertura externa irrestricta, comercial y de capitales, y el disciplinamiento social. La dictadura militar se propuso restablecer la hegemonía del mercado en la asignación de recursos, restringir la participación del Estado y abrir la competencia de los productos nacionales con los extranjeros, aunque ello significara sacrificar la industria local. En una primera etapa, de 1976 a 1978, se implementó un plan de ajuste ortodoxo, con devaluación, liberación de precios, congelamiento de salarios, facilidades para las importaciones, cese de la promoción de exportaciones industriales. En esta cuestión fue de vital importancia la reforma financiera de 1977, que ubicó al sector de las finanzas en una posición hegemónica en términos de absorción y reparto de los recursos. El nuevo Régimen de Entidades Financieras iniciaba un rumbo cuyo norte apuntaba a la liberalización del mercado interno y a una mayor vinculación con los mercados mundiales.
El terrorismo de Estado impidió toda resistencia social a la transformación regresiva de la economía. Las elites agropecuarias, los grandes grupos económicos y financieros locales, y los intermediarios de las finanzas y el comercio internacionales fueron los beneficiarios inmediatos y de largo plazo de estas políticas.
Una segunda etapa comenzó en diciembre de 1978, con la aplicación de la “tablita cambiaria”, que consistía en devaluaciones programadas inferiores a la inflación. Estas apreciaron el peso, agravaron el cierre de las industrias nacionales, imposibilitadas de competir con los productos importados, e impulsaron una gran salida de divisas, a causa de los déficit comerciales y de servicios, como los intereses pagados al capital extranjero y el turismo al exterior. Esos déficit se cubrieron con ingresos de capitales y crearon la enorme deuda externa que ya en 1981 produjo una primera crisis de graves consecuencias por la elevación de las tasas de interés internacionales.
De todas las medidas económicas tomadas en aquella época, el país heredó varias que no han sido hasta ahora modificadas, algunas de las cuales, incluso, se profundizaron en los años ’90. Las dos principales son la Ley de Entidades Financieras Nº 21.526, sancionada en 1977, y la Ley de inversiones extranjeras Nº 21.382, ambas nacidas como decretos de la dictadura militar.
La primera de ellas comenzó a regir desde la aplicación de otra medida que autorizaba al Banco Central a restituir a las entidades financieras la facultad de captar depósitos por cuenta propia y fijar las tasas de interés activas y pasivas, sobre la base de la garantía de los depósitos otorgada a esas entidades. La Ley Nº 21.526 establecía un nuevo régimen según el cual el Banco Central tendría la facultad de superintendencia mientras se valoraba la libre competencia como el medio idóneo para lograr un sistema más eficiente.
Los efectos de estos cambios con la legislación que los profundizó durante el menemismo produjeron localmente el predominio de las finanzas especulativas sobre la producción, en consonancia con la necesidad de los países centrales y las grandes corporaciones de colocar sus superávit de liquidez y obtener mayores rentabilidades aprovechando la diferencias entre las tasas de interés locales y las internacionales.
También, como señala un trabajo reciente del Cefid/ar, dio como resultado una notable extranjerización de los bancos, la concentración de los depósitos en los bancos privados –pero sobre todo en los extranjeros–, un sistema crediticio determinado por el mercado sin ninguna orientación pública, el predominio en la asignación de créditos a corto plazo y la ausencia de préstamos para el desarrollo. Esta ley constituyó sin duda una de las causas principales que provocaron la crisis del 2001 y, aunque los cambios económicos posteriores introdujeron modificaciones regulatorias que morigeraron sus consecuencias, los rasgos estructurales del sistema permanecen incólumes, especialmente la estructura crediticia. Sólo la acción de la banca pública es la que ha permitido suplir en parte estos problemas, pero todavía se hace necesaria una nueva ley que suplante la anterior.
En cuanto a la ley de inversiones extranjeras, produjo una liberalización de la entrada de capitales externos en el país, restringiendo al mínimo las áreas prohibidas para este tipo de inversiones y asegurando un trato igualitario a las inversiones extranjeras y a las nacionales. Esto acentuó el proceso de desindustrialización, porque ese capital no se ubicó en sectores industriales y, además, como la ley no obligaba a la reinversión de utilidades no se tradujo en una radicación local de las ganancias empresariales.
El gobierno de Menem liberalizó aún más esta norma al establecer que los inversores pueden colocar sus capitales sin aprobación previa y repatriar sus utilidades en cualquier momento. Una consecuencia posterior fue la aceptación de la intervención de instituciones internacionales como el Ciadi, que obliga a resolver los conflictos derivados de ese tipo de inversiones en juzgados del exterior, transgrediendo principios cardinales de la política exterior argentina, como las doctrinas Calvo y Drago.
Esta ley debe igualmente modificarse. Para ello existe un proyecto de los diputados Basteiro y Rivas en la cual se establecen nuevas normas regulatorias que restringen, por un lado, la radicación de capital extranjero a áreas claves de la actividad productiva, de los servicios y de la seguridad nacional y, por otro, establecen la necesidad de integrar esas inversiones a un plan estratégico de desarrollo industrial diversificado, priorizando el empleo de personal de nacionalidad argentina y determinando condiciones más estrictas para la repatriación de capitales.
Para culminar, la herencia de la dictadura no termina allí; paradójicamente una de las resoluciones que tomó Martínez de Hoz, porque afectaba sus propios intereses, fue la supresión del impuesto a la herencia, una decisión que ahora acaba de revertirse en parte en la provincia de Buenos Aires.
El país ha avanzado enormemente de un modelo rentístico financiero en lo económico y de exclusión en lo social a un modelo productivo e inclusivo, pero eso no se refleja todavía en el cambio de instituciones creadas durante la dictadura militar, una realidad que hay que reparar con urgencia, porque si las políticas son diferentes la persistencia de la instituciones constituye un palenque donde puede aferrarse de nuevo el fantasma del neoliberalismo.

El Virreinato del Río de la Plata. Breve cronología de sucesos.

El Virreinato del Río de la Plata 1776-1810.
“Desearía, caballeros, que nos hubiesen informado de sus cobardes intenciones de rendir Buenos Aires…de haberlo sabido, nosotras las mujeres nos habríamos levantado unánimente y rechazado a los invasores a pedradas”.

El Virreinato del Río de la Plata.

En enero de 1680 Manuel Lobo, recibiendo órdenes del Rey de Portugal, zarpó de Río de Janeiro y el 22 del mismo mes fundó la Colonia de Sacramento. España protestó por lo que consideraba era territorio español en el Río de la Plata. El objetivo visible de los portugueses era no sólo tomar posesión de la Banda Oriental (hoy Uruguay), sino también establecer frente a Buenos Aires una base o punto de recalada para los buques ingleses (aliados de Portugal) que manejaban el comercio por contrabando. Recordemos que existía prohibición de comerciar con América, y solamente lo podía realizar España.
En la desesperación por recuperar la costa uruguaya y evitar el contrabando, España en 1750 firma el Tratado de Permuta, por el cual Portugal devolvía la Colonia y España le entregaba las Misiones Jesuíticas a estos. Incluso hubo una guerra, que fue una matanza, contra los jesuitas y los indios guaraníes que no querían ser despojados de su territorio. Las misiones se entregaron pero Portugal, con distintas excusas dilató la entrega de la Colonia. El Gobernador de Buenos Aires Pedro de Cevallos, la recupera por la fuerza en 1761, pero debe devolverla, luego de que España la volviera a ceder en el Tratado de París de 1763.
El 31 de enero de 1761 Luis de Bougainville, nacido en Saint Maló, toma a nombre del rey de Francia las Islas Malvinas, fundando Puerto Luis (donde actualmente se encuentra Puerto Argentino). Las Malvinas pertenecían a España, que las había descubierton en el año 1520. España protestó contra Francia y su rey reconoce el derecho de soberanía español sobre las islas. El Gobernador de Buenos Aires, Felipe Ruiz Puente, zarpa para Malvinas en 1767.
Pero por la misma época en que Bougainville funda Puerto Luis, Los ingleses al mando del Almirante John Byron, funda el 11 de enero de 1765, en la Malvina Occidental Puerto Egmont, tomando posesión para Inglaterra. Nuevamente España protesta, pero al no ser reconocida, decide el 10 de junio de 1770, recuperar las Islas por la fuerza. Los ingleses se rinden. Los ingleses humillados, querían ir a la guerra, la cual es detenida, devolviéndoles Puerto Egmont, con la promesa de que la abandonarán. La promesa nunca fue escrita, fue de palabra, pero Inglaterra el 20 de mayo de 1774 la cumple. No volverá hasta 1833, cuando las usurpan por la fuerza hasta el día de hoy.
Todos estos hechos demostraban la necesidad de contar en el sur de América una unidad política, económica y militar fuerte, grande y que tuviera la suficiente fuerza para que tanto los ingleses como los portugueses no se apoderaran de ella. Se crea así el Virreinato del Río de la Plata, con Capital en Buenos Aires y con su primer Virrey Don Pedro de Ceballos.
En junio de 1806, Inglaterra, que busca apoderarse de puertos y ciudades que les sirvan para vender sus productos y comerciar, decide apoderarse de la Ciudad de Buenos Aires. La ciudad se rinde, luego que el Virrey Sobremonte escapara con los caudales (el oro) de la ciudad. Eran 5000 ingleses que inmediatamente tomaron la ciudad pidieron refuerzos a Londres. El 12 de agosto de 1806 van a ser expulsados, con la ayuda de toda la población, al mando de Martín de Alzaga y del General Santiago de Liniers. El Virrey brillaba por su ausencia. Cuando aparece en enero de 1807 con los refuerzos, es destituído por el Cabildo Abierto de Buenos Aires, que nombra a Liniers como Virrey Interino. La segunda invasión ya eran 10.000 los soldados ingleses que atacan Buenos Aires, la cual es defendida los días 5, 6 y 7 de julio de 1807. Inglaterra cambiará la forma de actuar con Buenos Aires.

“América del Sur nunca sera conquistada por Inglaterra”.

“Quien basándose en los sentimientos de la gran masa del pueblo espere ayuda de ella para sus propósitos, no conoce al pueblo de Buenos Aires. Debe asegurársele que el objeto de Gran Bretaña es darles independencia; aunque están decididamente inclinados a liberarse del yugo de España, son aún más hostiles a aceptar a el de cualquier otra nación; al conquistarlos ataríamos una piedra alrededor de nuestros cuellos” Gral. Whitelocke, 1807.
“Debemos actuar de manera acorde con los sentimientos y los intereses del pueblo sudamericano...debemos abandonar la esperanza de conquistar esta extensa región contra el temperamento de su población...si nosotros nos acercamos a ellos como comerciantes y no como enemigos, podríamos dar energía a sus impulsos locales y conseguiríamos abrogar las prohibiciones contra nuestro comercio. Que es nuestro gran interés”. Mtro. Castlereagh.

martes, 15 de marzo de 2011

Los Etruscos y la Monarquía Romana.

Los Etruscos (800 – 500 a.C.)
Podemos mencionar varios pueblos coexistiendo al mismo tiempo en la península Itálica:
El imperio etrusco en los siglos V y VI a.C. era una liga numerosa de grandes ciudades, algunas de las cuales eran puertos marítimos. Cultivaba el suelo, criaba ganado, explotaba las minas de cobre de Etruria y las de hierro de la isla de Elba, manteniendo una industria activa, en especial metalúrgica y textil. Finalmente comerciaba con el mundo griego y con oriente, a través de las colonias griegas al sur de Italia y de Cartago. Difícilmente un etrusco se podía distinguir de un pirata. Su clase superior se componía de terratenientes, comerciantes e industriales. El trabajo lo hacían los ligures e itálicos conquistados, y también, probablemente, los esclavos conquistados en guerras y acciones de piratería. Los etruscos se aliaron comercialmente con Cartago y de esta forma impidieron que Grecia se expandiera hacia occidente. En Italia su dominio abarcaba desde el norte, el valle del río Po, hasta el sur, en la Campania. Nápoles, Cumas, Tarento y Siracusa eran griegas.
También estaban los samnitas, que eran un pueblo que adquirió muchos conocimientos y progresos tecnológicos de los griegos, y estaban situados en la campania. Su capital era Capua. Debían frenar el avance etrusco y a su vez luchar con los griegos, en especial de Sicilia.
El otro pueblo es el de los latinos, en el Lacio. Su ubicación geográfica (entre montañas y el mar) impedía ser atacado y hasta no era considerado un lugar de importancia para sus rivales. Si bien no podemos asegurar de qué modo las colonias latinas y sabinas se aliaron, esto sucedió y fundaron Roma en 753 a.C. Previamente habían destruido la ciudad de Alba Longa. A partir de este momento comienza el período de la Monarquía Romana, que se prolongó hasta el año 508 a.C., en que se convierte en una República.
Las instituciones que había eran: 1- el Rey, que cumplía funciones de sacerdote y de gobierno, era el jefe militar y la última instancia en justicia. El cargo era vitalicio y debía contar con la aprobación de los Comicios Curiados, el Senado que lo presentaba y los augures que los sacerdotes hacían; 2- el Senado, era un consejo de ancianos asesores del rey; sus miembros eran representantes de las más nobles y ricas familias (padres) y sus descendientes se llamaron patricios. Los patricios contaban con privilegios y con el derecho de actuar entre el rey los dioses, ya que actuaban en los colegios sacerdotales (flamines, augures, danzantes, luperci y pontífices). 3- El ejército lo componía todo el pueblo romano, siendo los patricios quienes ocupaban la caballería o conducían los carros de guerra. La población se dividía en tres tribus que elegían 10  curias (hombres que participaban en el Comicio curiado) y cada tribu debía además presentar 100 caballeros y 10 legiones de infantes para la guerra.
Socialmente la vida se basaba en la famila, con un sistema patriarcal que incluía a esposa, hijos, clientes y esclavos. La base de la economía fue el ganado (pecus) y la agricultura.
Etruscos y romanos convivieron y hasta los tres últimos reyes son etruscos. Pero luego los etruscos fueron enfrentados, tanto por los romanos como por los celtas en el norte.
Listado de reyes romanos: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquino Prisco, Servio Tulio, Tarquino el Soberbio.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mapas de los trabajos prácticos


CPEM nro. 87 – CENTENARIO. HISTORIA. Período de Ambientación. 1ro. A; B; C y D.
Trabajo Práctico nro. 1.
1-    Lee atentamente los mapas “A” y “B”:
a.    Enumera cuántos pueblos originarios existían antes de la llegada de los españoles.
b.    Clasifica los territorios que ocupaban, según la división política de la Argentina.
2-    Lee el siguiente texto por primera vez.
a.    Inventa un título.
3-    Lee nuevamente el texto.
a.    Confecciona un cuestionario del texto, subrayando en cada párrafo la palabra clave que la contesta.
b.    Compara las acciones de los primeros pobladores y de los conquistadores. ¿Qué intereses los mueven a cada uno?
c.    Expresa tu opinión: ¿Consideras que existe alguna situación injusta? ¿Cuál?
d.    ¿Conocés que sucedan hechos similares en la actualidad? Mencionalos.
“Dios no ha hecho nacer en los campos, y éstos son nuestros; los blancos nacieron del otro lado del Agua Grande y vinieron después a robarnos los animales y a buscar la plata de las montañas. (…) En vez de pedirnos permiso para vivir en los campos no echan y nos defendemos. Si es cierto que nos dan raciones, éstas son en pago muy reducido de lo mucho que nos van quitando; ahora ni eso quieren darnos y como se concluyen los animales silvestres, esperan que perezcamos de hambre. (…) Nosotros somos dueños y ellos son intrusos. Es cierto que prometimos no robar y ser amigos, pero con la condición de que fuéramos hermanos.”
Trabajo Práctico nro. 2. Análisis de un texto.
1-    Lee el siguiente texto por primera vez.
a.    Explica en tres renglones a que tema hace referencia.
b.    Inventa un título.
2-    Lee el texto por segunda vez.
a.    Subraya las ideas principales.
b.    Destaca al lado de cada párrafo una palabra clave que lo sintetice.
3-    Identifica qué intereses están en juego?
4-    ¿Cómo obtuvieron las tierras los conquistadores?
5-    ¿Se reconocieron los derechos de los primeros pobladores? ¿cuál es el problema entonces?
6-    Compara la conducta de los españoles cuando llegan a América y la conducta de Julio A. Roca en la expedición al desierto?
7-    ¿Qué relación encuentras entre el pasado y el presente en esta situación?
En la última década se ha iniciado un proceso imparable de recuperación de la identidad del pueblo mapuche en Argentina y de revisión de la historia oficial. Desde 2001 cerca de 240 mil hectáreas han sido recuperadas por las comunidades mapuche, gente de la tierra, en su idioma ancestral.
El 8 de noviembre de 2010 un editorial del diario La Nación alertaba sobre el peligro que significaba, una moda que pretendía mostrar la Campaña del Desierto de 1879 como un genocidio contra los pueblos originarios y cambiar el nombre de las calles que recuerdan a Julio A. Roca, el general que dirigió la “expedición”. No menos peligrosas resultaban para el diario de los productores agropecuarios la ola de recuperaciones de tierras por parte de comunidades mapuche que ‘asolan’ a los estancieros patagónicos.
“Están preocupados porque ven que el pueblo mapuche ahora pelea por sus derechos”, dice Lefxaru Nawel, del Observatorio de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas (ODHPI). “Ellos quieren que los mapuche sean lo que fueron 50 o 100 años atrás, cuando pasaron de ser dueños de sus tierras a ser peones del estanciero que llegó a usurparlas”.
El 23 agosto de 2002, Rosa Nahuelquir, después de perder su trabajo por la crisis, y su marido Atilio Curiñanco, decidieron recuperar una parcela en Leleque, al norte de Esquel (Chubut), que durante generaciones había pertenecido a la familia de Atilio. No sospechaban a quién tendrían que enfrentar para alcanzar su sueño: nada menos que al gigante textil Luciano Benetton. Tampoco sospechaban que el conflicto con la empresa italiana se convertiría en un referente de la lucha de los pueblos originarios por la tierra y que estimularía cientos de nuevas recuperaciones.
Mucho menos imaginaban que al rastrear el origen de la supuesta propiedad de Benetton sobre esas tierras quedaría desenterrado uno de los mayores escándalos de corrupción de la historia argentina. En 1896, 12 años después de que finalizara la Conquista del Desierto, el presidente argentino José Evaristo Uriburu donó 900.000 hectáreas a diez ciudadanos ingleses. Poco después, estos personajes anónimos traspasaron sus estancias a la Argentinean Southern Land Company Ltd, una “empresa fantasma creada con el único propósito de recibir la donación de esas tierras”, precisa Gustavo Macayo, el primer abogado del matrimonio mapuche. Esta donación, que violaba toda la legislación de la época, se realizó en secreto y así se mantuvo durante más de cien años. “Una de las teorías más sólidas es que esa donación fue en pago o en recompensa por las armas automáticas inglesas que se usaron en la Conquista del Desierto”, afirma Macayo.
El escándalo desencadenado y la lucha de esta familia mapuche revitalizaría un proceso de revisión de la historia argentina, que tenía que terminar cuestionando la actual distribución de la tierra, “originada precisamente con la Campaña del Desierto”, sostiene el historiador Osvaldo Bayer. Según recuerda el autor de La Patagonia Rebelde, 42 millones de hectáreas fueron entregadas a 1.800 estancieros integrantes de la Sociedad Rural, una organización que cofinanció la Campaña contra los pueblos originarios. El resultado de la misión militar fueron 14.000 indígenas muertos y alrededor de 14.600 tomados como esclavos. Para los supervivientes empezó “un largo período de indigencia”, cuenta Bayer, ocupando las peores tierras, sin armas legales para defenderse del empuje de los terratenientes. Los que terminaron viviendo en la ciudad, cerca del 60% de la población mapuche actual, tuvieron que instalarse en las periferias urbanas, en los barrios más pobres, “sin posibilidad de desarrollo o acceso a la vivienda”, perdiendo lentamente la identidad, la memoria y la cultura, según cuenta Lefxaru Nawel. Los conflictos por la tierra se multiplicaron a partir de 2001, no sólo por un proceso de recuperación de la identidad del pueblo mapuche, sino por el incremento exponencial de las presiones económicas sobre las tierras habitadas por las comunidades. A las presiones del negocio turístico e inmobiliario, se le sumó el ingreso de compañías petroleras y mineras a los territorios mapuche.
Esta presión sobre el territorio también se hizo carne con la llegada de una nueva hornada de estancieros: multinacionales y millonarios europeos y norteamericanos que “han encontrado en los bienes raíces un sitio seguro para tener los capitales, nichos donde con ciertos grados de corrupción necesaria se van convirtiendo en propietarios de grandes extensiones de tierra”, explica Otal. Luciano Benetton, el millonario británico Joe Lewis, el estadounidense Douglas Tomkins, el presentador argentino Marcelo Tinelli o Ted Turner, dueño de un imperio mediático, son sólo algunos nombres de estos nuevos grandes estancieros. Los conflictos con estos nuevos dueños de la tierra no tardaron en surgir.
El caso Nahuelquir-Curiñanco “generó mucha actividad, entre otras cosas actividad legislativa”, dice Macayo. En 2006 se aprobó la Ley Nacional de Emergencia Indígena, que paraliza todos los desalojos hasta que se haga un relevamiento de las ocupaciones actuales de las comunidades. Sin embargo, a cuatro años de la Ley, los desalojos contra los pueblos originarios no han cesado y el relevamiento continúa sin iniciarse en la mayoría de las provincias. Pese a la teórica suspensión de los desalojos, éstos se siguen produciendo por orden de jueces provinciales en un contexto donde “la ley no se aplica”. 

martes, 18 de enero de 2011

¿Cómo lograron el crecimiento industrial en EEUU, Europa y Japón?

¿Por qué entre 1950 y 1973 se desarrolló la época de oro del desarrollo económico?[1]
Es importante aclarar que la época de oro va a darse especialmente en los Estados Unidos, Europa y Japón. En América Latina, si bien el efecto positivo se hace sentir, no se va a ser duradero, ya que la política económica monetarista y de endeudamiento que los gobiernos militares de América del sur van a aplicar, producirá, como sabemos, consecuencias lamentables. Endeudamiento, malas políticas fiscales e inflación, contribuyeron al deterioro de la región y a que no se pudiera aprovechar el “viento de cola” que otorgaba la situación mundial.
Entre los factores que contribuyen al desarrollo se encuentra el regreso a la economía de paz en Estados Unidos, que estimuló la recuperación de las viejas industrias de bienes de consumo. A esto se agregó el despegue de las industrias electrónicas, en especial la denominada línea blanca, como radios, televisores, heladeras y lavarropas.
El otro salto importante fue el de la industria automotriz y de todos los sectores complementarios, como son la siderúrgica, el caucho, el vidrio y el petróleo. La petroquímica también se expandió de manera rápida gracias al gran éxito de los plásticos y de las telas sintéticas.
Debemos destacar la tremenda vitalidad del sector de la construcción, que trae como arrastre el tendido de cables para energía eléctrica y para teléfonos. Se produjo una extraordinaria expansión de las carreteras, que además de proporcionar una enorme cantidad de empleos, trae un notable crecimiento del consumo de cemento y asfaltos.
La industria bélica se mantuvo en pie, apoyado en programas de investigación científica y de ingeniería avanzada, con la colaboración de centenares de universidades.
Finalmente no podemos olvidar que otro gran denominador común de los Estados que vivieron esta edad de oro, fue que aplicaron políticas económicas de neto corte keynesiano. El Estado hizo grandes inversiones para asegurar el grado de crecimiento y el pleno empleo. Reformaron su política tributaria, aumentando hasta en 10 puntos el impuesto sobre la renta. El Estado impulsó políticas sociales (Estado de bienestar) e intervino activamente en el Mercado (Capitalismo coordinado), controlando el movimiento de capitales, buscando el pleno empleo y regulando el comercio exterior. En esta etapa, el Banco Central operó de común acuerdo con el Ministerio de Hacienda, buscando tasas de interés estables y bajas, que estimularan la inversión pública. Controlado el sistema financiero, el Estado se dedicó a realizar políticas de inversión pública en la industria, con bajas tasas de interés en los préstamos y con préstamos hipotecarios a largo plazo y tasas bajas, para la construcción de viviendas y como condición necesaria de un pacto social.
El estancamiento económico se iniciaría en octubre de 1973, cuando los Estados Árabes, miembros de la OPEP (Organización de países exportadores de Petróleo), comenzaran a presionar a EEUU para que sus países tuvieran una mayor participación en el negocio petrolero, y decidieran duplicar los valores del precio del barril. Pero eso es otro tema.



[1] Marichal Carlos, Nueva historia de las grandes crisis financieras. Una perspectiva global, 1873-2008; Ed. Debate,  Buenos Aires, 2010, pág. 155-179

domingo, 16 de enero de 2011

Perón y las formaciones especiales.

[Perón y los Grupos guerrilleros 1971]

“Todos esos grupos, ERP, FAL, FAR, subestimaron ideológicamente a Perón, aunque intentaron sacar rédito político e ideológico del peronismo. FAP y Monteneros fueron los más afines al peronismo. El primero, de procedencia peronista, el segundo de procedencia social cristiana y nacionalista, girando al peronismo: en el primero prevaleció el enfoque político, en el segundo su marcado tono revolucionario; en ambos, cuando efectúan alguna descripción teórica policía, se advierte la aplicación en el análisis, de algunas categorías marxistas que mezclan con sus exhortaciones peronistas”.

[Perón les escribió a las FAP:] “Ustedes son la guerrilla que viene a combatir a los que nos quieren vender la muerte climatizada con el rótulo de porvenir, decía un famoso letrero en París en mayo de 1968. Yo puedo decirles lo mismo, con la exhortación más firme para que sigan adelante…Un gran abrazo”.

“Pero esos grupos como FAP, Montoneros y otros fueron ingenuos ante estos gestos de Perón: a menudo esta ingenuidad estaba acompañada de graves errores de interpretación sobre la historia argentina. Afirmaban que Perón era un revolucionario, u socialista nacional y que todo lo que se orientaba hacia otra dirección, formaba parte de sus tácticas. Víctimas de su obsesión, se olvidaban de que la historia personal de Perón estaba signada por soluciones electorales, por la conciliación de clases en pos de una comunidad organizada y por su firme oposición al socialismo y al comunismo. Otros no tan ingenuos, usaban el nombre de Perón y Evita en función de esquemas ideológicos que estaban en las antípodas de la óptica peronista.
Casualmente, alguien que conocía el poderío que estaban desplegando estas organizaciones, transmitió su preocupación a Perón: - General, ¿va a poder controlar a esos jóvenes en el momento oportuno?, recibiendo esta respuesta: -No se preocupe Jorge…Ya verá…cuando esté en la Argentina, verá que les digo cuatro palabras y obedecen” [Entrevista a Jorge Antonio]

¿Subestimaba Perón a los grupos armados? ¿Los apoyaba sinceramente en sus designios ideológicos? O sabiendo que no los controlaba ¿aprovechaba el vendabal para arrinconar a la dictadura militar? Es probable que la respuesta esté contenida en estas expresiones de Perón publicadas en la Revista Panorama del 29-6-1971: “La vía de la lucha armada es imprescindible. Cada vez que los muchachos dan un golpe, patean para nuestro lado la mesa de negociaciones y fortalecen la posición de los que buscan una salida electoral limpia y clara. Sin los guerrilleros del Viet-cong, atacando sin descanso en la selva, la delegación vietnamita en París tendría que hacer las valijas y volverse a casa”. Está claro que entre un golpe militar, una insurrección revolucionaria y los comicios, Perón siempre elegirá la vía electoral y utilizará todos los procedimientos para llegar a ella.


[Fermín Chávez, Historia de la Argentina (Homenaje a José María Rosa), T. 16, pág. 223-227].